El Ejecutivo, que "no descarta nada" en relación a un alza fiscal, recuerda que las rentas altas tendrían que aportar más
La nueva subida de impuestos se hace más factible día a día. De hecho, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, afirmó ayer que "no se descarta nada" en relación a un futuro incremento fiscal. La incertidumbre no está sentando demasiado bien al mundo empresarial, que alerta de que un aumento de la presión impositiva, en este momento, iría en detrimento de la recuperación económica. La subida del tipo máximo del IRPF que barajan tanto el Partido Socialista como el Ejecutivo, tal y como publicó ayer elEconomista, preocupa sobre todo a los trabajadores autónomos.
"Primero fue la subida del IVA, que lleva a una contracción del consumo y que nos afectará directamente. Si ahora se suben los impuestos a las rentas altas, los más perjudicados también seremos nosotros", advierte Lorenzo Amor, presidente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA). La cuestión es que, de los tres millones de autoempleados que hay en España, un millón tributa por el sistema de módulos; 900.000 lo hacen por el Impuesto sobre Sociedades; y 1,2 millones se concentra en el sistema de estimación directa del IRPF.
Lo que está claro en la patronal es que "el Gobierno no se atreverá a elevar la presión fiscal ni a las grandes empresas ni a las grandes fortunas, porque sabe que en tres minutos se llevan el dinero del país", señalan miembros de CEOE.
En definitiva, la subida de impuestos dirigida a los ricos, tal y como el Gobierno la está vendiendo, sólo afectará a la clase media-alta. Es decir, "a los emprendedores y a los trabajadores con nóminas altas", apunta Miguel Ángel Fraile, presidente de la patronal española de comercio. Un millón de contribuyentes, que ingresan una renta anual de 52.360 euros, serán los posibles afectados de esta medida, que aunque tenga una repercusión mínima sobre la recaudación, servirá como testimonio para la izquierda electoral y política, según señalan los empresarios.
Pese al escaso impacto sobre los ingresos del Estado, Clemente González Soler, presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (Adefam), cree que este movimiento "se verá reflejado en el consumo de forma negativa, lo que puede repercutir en la recuperación". Esta opinión también es compartida por Fraile, que defiende que se debería alentar a consumidores y a emprendedores y "no poner más trabas".
Asimismo, el representante de ATA afirma que si el Ejecutivo también quiere estabilizar las cuentas públicas por la vía de los ingresos, puede hacerlo con una actuación contra el fraude fiscal, "que sigue suponiendo una losa para los trabajadores por cuenta propia".
Mientras el Gobierno continúa con un doble discurso de sí pero no. "No ha habido discrepancias en las declaraciones de los miembros del Gobierno", defendió ayer De la Vega después de que unos ministros negaran rotundamente la subida y otros abrieran la puerta a que se lleve a cabo. "En todo caso, la posición del Gobierno está clara y las personas que tienen más capacidad económica son los que tienen que aportar más a esta situación tan difícil que vivimos todos", insistió.
"En este momento, las medidas previstas son las que anunció Zapatero y que se aprobarán la semana que viene. Más allá, estamos evaluando la situación y no se descarta nada como dijo el presidente", zanjó la número dos del Ejecutivo.
Hay que cortar el derroche
La opinión mayoritaria entre los empresarios es que para estabilizar las cuentas públicas aún se necesita meter más la tijera. "Las medidas anunciadas no van al fondo del problema. España necesita un plan de ajuste estudiado. Y es que de cada problema que aparezca no se puede crear un ministerio, a veces es suficiente con una dirección general", explica María Jesús Valdemoro, directora del Departamento de Economía del Círculo de Empresarios. González Soler también cree que "el Ejecutivo ha lanzado una serie de medidas aisladas, que no conforman un plan global de ajuste" y, añade, que esto "puede originar cierta incertidumbre y desconfianza en los ciudadanos".
Asimismo, el recorte de la inversión pública es otro de los perjuicios del plan de recorte. "Por ahora no está claro cuáles son las partidas dañadas, pero sí afectan a inversiones productivas perjudicará de forma directa al crecimiento económico y al empleo. Es mejor que el ajuste se realice en partidas no productivas".
fuente: http://www.eleconomista.es/espana/noticias/2146394/05/10/Empresarios-y-autonomos-alertan-del-impacto-de-subir-ahora-los-impuestos.html
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