De entre 215 ciudades de todo el mundo, la mejor para vivir es Viena y la peor Bagdad. La capital de España va en la cola de las ciudades europeas junto con Lisboa, Barcelona y Milán.
FERNANDO DÍAZ VILLANUEVA
A las obras, los atascos de tráfico, la tasa de basuras y la ingente deuda municipal Madrid le suma un nuevo motivo de vergüenza. Según el estudio anual que la consultora neoyorquina Mercer encarga para elaborar su célebre clasificación de ciudades del mundo por calidad de vida, Madrid es la peor valorada de Europa.
Mercer realiza cada año un estudio exhaustivo de 215 ciudades de todo el mundo que sirve de guía a las multinacionales para abrir nuevas delegaciones y fijar los salarios de sus empleados. Se utiliza también para conocer e imitar el modelo de desarrollo urbano de las ciudades que quedan en los puestos preferentes. Los criterios principales, a los que se le adjudica una puntuación, son: seguridad, higiene, entretenimiento, estabilidad político-económica y sistema de transporte público.
En el año 2009 el título de campeón se lo ha llevado Viena, que ha desbancado a Zúrich como ciudad en la que, según Mercer, mejor se vive. La capital financiera de Suiza se ha quedado con la plata y sus compatriota Ginebra con el bronce. El podio sería pues netamente alpino. A partir de ahí, el top 10 lo completan la canadiense Vancouver; Auckland, en Nueva Zelanda; las alemanas Dusseldorf, Múnich y Fráncfort; la capital de Suiza, Berna y Sydney, la reina de las antípodas. Las ciudades de cultura y lengua alemana son, pues, las más afortunadas y el mejor lugar del mundo donde mudarse.
A excepción, tal vez, de Sydney, el estudio Mercer premia las ciudades de tamaño medio, las que van del medio millón a los dos millones de habitantes. Por esa razón, metrópolis europeas muy deseadas como Londres, París o Berlín quedan descolgadas en puestos inferiores. París, por ejemplo, ocupa el puesto 32, Londres el 38 y Berlín el 17.
La sorpresa viene al comprobar que las ciudades del sur de Europa, las que cuentan con mejor clima y un estilo de vida más relajado, van en el furgón de cola junto a ciudades que en nada se le parecen como Osaka en Japón o Chicago en los Estados Unidos. La joya española de la corona en este estudio, que suele ser Barcelona, no puede presumir demasiado en el puesto 42, uno por debajo de Portland (Oregón) y dos de la denostada Milán.
Madrid es, junto a Nueva York, a la que gana por muy poco, el patito feo del mundo desarrollado. La capital de España, que exhibe una red de transporte público densa y un aeropuerto nuevo, no logra convencer a los examinadores urbanos de Mercer en todo lo demás. Con todo, en el apartado de transporte tampoco destaca demasiado. Se sitúa en la cuadragésimo tercera posición, justo por encima de Birmingham pero muy por debajo de, por ejemplo, Dubai o Singapur, que es la que triunfa en esta sección.
El alcalde de Madrid, obstinado en proyectos faraónicos que están dejando exhaustas las arcas municipales, haría bien en mirar un poco al norte para percatarse de que la sencillez de ciudades como Viena o Zúrich quizá sea la clave para que los madrileños vivan mejor y presuman de ciudad por el mundo.
Mercer realiza cada año un estudio exhaustivo de 215 ciudades de todo el mundo que sirve de guía a las multinacionales para abrir nuevas delegaciones y fijar los salarios de sus empleados. Se utiliza también para conocer e imitar el modelo de desarrollo urbano de las ciudades que quedan en los puestos preferentes. Los criterios principales, a los que se le adjudica una puntuación, son: seguridad, higiene, entretenimiento, estabilidad político-económica y sistema de transporte público.
En el año 2009 el título de campeón se lo ha llevado Viena, que ha desbancado a Zúrich como ciudad en la que, según Mercer, mejor se vive. La capital financiera de Suiza se ha quedado con la plata y sus compatriota Ginebra con el bronce. El podio sería pues netamente alpino. A partir de ahí, el top 10 lo completan la canadiense Vancouver; Auckland, en Nueva Zelanda; las alemanas Dusseldorf, Múnich y Fráncfort; la capital de Suiza, Berna y Sydney, la reina de las antípodas. Las ciudades de cultura y lengua alemana son, pues, las más afortunadas y el mejor lugar del mundo donde mudarse.
A excepción, tal vez, de Sydney, el estudio Mercer premia las ciudades de tamaño medio, las que van del medio millón a los dos millones de habitantes. Por esa razón, metrópolis europeas muy deseadas como Londres, París o Berlín quedan descolgadas en puestos inferiores. París, por ejemplo, ocupa el puesto 32, Londres el 38 y Berlín el 17.
La sorpresa viene al comprobar que las ciudades del sur de Europa, las que cuentan con mejor clima y un estilo de vida más relajado, van en el furgón de cola junto a ciudades que en nada se le parecen como Osaka en Japón o Chicago en los Estados Unidos. La joya española de la corona en este estudio, que suele ser Barcelona, no puede presumir demasiado en el puesto 42, uno por debajo de Portland (Oregón) y dos de la denostada Milán.
Madrid es, junto a Nueva York, a la que gana por muy poco, el patito feo del mundo desarrollado. La capital de España, que exhibe una red de transporte público densa y un aeropuerto nuevo, no logra convencer a los examinadores urbanos de Mercer en todo lo demás. Con todo, en el apartado de transporte tampoco destaca demasiado. Se sitúa en la cuadragésimo tercera posición, justo por encima de Birmingham pero muy por debajo de, por ejemplo, Dubai o Singapur, que es la que triunfa en esta sección.
El alcalde de Madrid, obstinado en proyectos faraónicos que están dejando exhaustas las arcas municipales, haría bien en mirar un poco al norte para percatarse de que la sencillez de ciudades como Viena o Zúrich quizá sea la clave para que los madrileños vivan mejor y presuman de ciudad por el mundo.
fuente: http://libertaddigital.com/sociedad/madrid-es-la-ciudad-con-peor-calidad-de-vida-de-europa-1276380864/
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