Una de las muchas frases publicadas estos días que mejor define lo que era Haití y, sobre todo, en lo que se ha convertido a raíz del devastador terremoto que azotó el país el pasado 12 de enero podría ser aquella que recuerda que no deja de ser "un cacho de África que flota a la deriva en el Caribe".
Haití ya era el Estado más pobre de América Latina antes del seísmo, ya había sido duramente castigado por otros desastres naturales en la última década, pero un trágico balance oficial que deja más de 75.000 fallecidos, 250.000 heridos y más de 3 millones de afectados ha activado muchas conciencias a lo largo y ancho del mundo.
Sin ir más lejos, ayer -jornada en la que el país volvió a revivir el horror tras registrarse una réplica de 6,1 grados en la escala de Richter a sólo 60 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe-, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, instó alto y claro a la comunidad internacional a lanzar "una especie de plan Marshall" para la ex colonia francesa. "Mi opinión es que Haití, que ha sido increíblemente golpeado por la crisis alimentaria y de precios de la energía, por un huracán y, ahora, por el terremoto, necesita algo grande", apuntó en una entrevista a CNN.
El liderazgo de EEUU
Por el momento, la Administración Obama ha sido la que ha tomado las riendas -no sin herir la sensibilidad de la madre Francia- en una reconstrucción que, para dar resultados, necesitará un montante total de 10.000 millones de dólares (7.100 millones de euros) durante los próximos cinco años, según los cálculos del presidente de la vecina República Dominicana, Leonel Fernández. Esto supondría un total de 1.420 millones de euros al año.
Éstas serán las cifras que la comunidad internacional llevará a la Conferencia de Donantes (a solicitud del propio presidente haitiano, René Preval), que se celebrará el próximo abril en el país con el que Haití comparte la Isla de La Española. El Plan de Acción para el desarrollo y la modernización del país caribeño está previsto que se presente en mayo.
850 millones... de momento
En los primeros siete días, según los últimos datos publicados por Naciones Unidas, las ayudas totales comprometidas por los diferentes organismos internacionales, por los Estados, las empresas y los particulares ascendían a 850 millones de euros. Esta estimación inicial supondría que, de momento, Haití habría recibido una partida que es casi el 60% de la necesaria para este 2010.
Entre los grandes donantes se encuentran el Banco Mundial o el FMI que, en ambos casos, han destinado 69 millones de euros. Mientras, la Unión Europea ha comprometido un total de 430 millones de euros. De ellos, 230 millones son de ayuda urgente: 138 provienen del Presupuesto comunitario y 92 millones de las arcas de los Veintisiete. El Gobierno español ha movilizado en la primera semana seis millones. Además, Bruselas ha anunciado que, en la Conferencia de Donantes de abril, destinará otros 200 millones de euros para la reconstrucción del país. Por su parte, Canadá ha enviado ayudas a la isla por valor de 94,4 millones y EEUU por un montante de 77,8 millones de euros.
La deuda, caballo de batalla
Otro de los grandes problemas que se plantean en el futuro económico de Haití pasa por su deuda. Pero este tema no es nuevo. El pasado junio, un acuerdo internacional que beneficiaba a los países pobres "muy endeudados" y que contemplaba "el alivio de la deuda multilateral" dio como resultado la condonación de más de 850 millones de euros. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer porque el texto sólo contemplaba la deuda contraída hasta 2004 y, según la coalición para la anulación de deuda, Jubilee USA, la cuenta aún por saldar supera los 450 millones.
También el pasado junio, el llamado Club de París, un grupo informal de 20 países desarrollados, se comprometió a anular los 150 millones que tenía pendientes. Italia y Francia, por ejemplo, hicieron los deberes y condonaron 40 millones.
Con todo, comprometer las ayudas y coordinar la reconstrucción no es fácil en los primeros días, ni lo será si sale adelante el plan quinquenal planteado. El propio presidente de Haití, René Préval, dio ayer la bienvenida a la "rápida llegada" de la ayuda internacional a su país, pero no ocultó que existe un "problema de coordinación". En la misma línea, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, reclamó a la comunidad internacional que se acelere el reparto de ayuda y que los diferentes donantes trabajen para que la mejora del país sea una oportunidad "para reconstruirlo mejor". Los líderes internacionales tendrán otra oportunidad para sumar fuerzas a partir del próximo miércoles en el marco de la 40 edición del Foro Económico Mundial de Davos.
Su economía en 2008 y 2009
Echando la vista atrás al pasado más reciente, la maltrecha economía de Haití había superado 2009, a pesar de la crisis internacional, con un crecimiento del 2% de su PIB (estimado por el Banco Mundial en 2008 en 4.930 millones de euros). Las razones: una pequeña reactivación del sector agrícola, una desaceleración de la inflación y una mejoría del déficit por cuenta corriente en la balanza de pagos, según apunta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Así, el país parecía dejar, poco a poco, atrás los huracanes que asolaron el país en 2008 y que arrasaron con un 15% de su PIB. De hecho, Cepal recuerda que Haití era ya el país de la región con mayor número de víctimas por desastres naturales desde 2004: 5.700 fallecidos.
Mirando a un complicado futuro, la ONU anunció ayer que espera emplear a 1.100 haitianos a final de semana para impulsar la economía. La frase de cierre saldrá hoy publicada también en muchos medios. Su autor, el presidente del Banco Mundial: "En primer lugar y lo más importante, cuando los periodistas se retiren, los donantes no deben abandonarlos". También la hacemos propia.
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