jueves, 5 de noviembre de 2009

EL FUTURO DE LA INVESTIGACIÓN

Científicos de alto nivel se quedan en paro o con contratos por obra

Las universidades de A Coruña y Vigo niegan la estabilización a nueve investigadores tras contratarlos con el programa estrella de I+D de la Xunta

"Es en lo único en que pienso a lo largo de todo el día, en buscar un trabajo y en los años perdidos". El paro azota, dicen las estadísticas, sobre todo al personal menos cualificado, pero para esta doctora de 37 años el futuro también pinta "cada vez más negro". Ella es una de las nueve personas contratadas por la Universidade de Vigo y la de A Coruña (Uvigo y UDC) hace cinco años a través del Parga Pondal -el programa estrella de la Xunta para recuperar a jóvenes investigadores de alto nivel- que el 30 septiembre se quedaron en la estacada.

El programa Parga Pondal animó a muchos jóvenes investigadores que hicieron carrera en el extranjero a regresar a casa. Lo hicieron bajo el compromiso implícito en sus bases de que tras cinco años la institución en la que se integrasen ofertaría una plaza estable en su área.

Tiempo después, el Bipartito aprobó un programa de continuación, el Manuel Colmeiro, para estabilizar a los que demostrasen su excelencia investigadora en un duro proceso de acreditación. A cambio, la Xunta se compromete a financiar tres años de sueldo. Pero a pesar de estas ventajas, ni la UDC ni la Uvigo han sacado a concurso plazas en todas las áreas del personal Parga Pondal que ha pasado la criba de la acreditación Manuel Colmeiro.

Las universidades aducen problemas económicos, en un escenario de crisis en el que la Xunta transferirá en 2010 unos 10 millones de euros menos a los campus. Pero para la Asociación de Investigadores Parga Pondal la crisis es una mera excusa.

"No es tanto un problema de financiación como de planificación de A Coruña y Vigo, porque Santiago sí que ha adquirido un compromiso. La Uvigo y la UDC decidieron apostar por unas áreas y ahora las dejan de lado. Si piensan que esos perfiles investigadores no son importantes, no deberían haber convocado esas plazas. Y sin embargo, siguen convocando nuevos puestos Parga Pondal", advierte Paula López, presidenta del colectivo.

En la UDC reconocen de alguna manera que la planificación no ha sido del todo acertada. La institución tiene 35 contratados con este programa y más de 20 son de ciencias experimentales. Por eso, aunque hace unos días la UDC decidió aumentar el programa de promoción para esta macroárea, el vicerrector Xosé Luis Armesto advierte que "é preciso ter en conta que non se poden producir desequilibrios co resto das áreas".

En cualquier caso, las universidades ponen el acento en los problemas de financiación. "A UDC trata de buscar a estabilidade para estes investigadores que, en moitos casos, teñen un elevado nivel de formación, pero nun marco de redución do financiamento", advierte Armesto.

No hay para todos

El rector de la Uvigo, Alberto Gago, se defiende recordando que la institución ha consolidado en plantilla entre 2005 y 2010 a 75 jóvenes investigadores captados externamente a través de distintas figuras, pero advierte también que no tiene "capacidad suficiente para sacar cien plazas al año e incorporar a todos los potenciales investigadores con interés". "De todos modos, si entre 2010 y 2015 pudiéramos sumar otros 75 yo me daba con un canto en los dientes", enfatiza.

Más allá de los números, Javier Rodríguez teme que su historia se multiplique en los próximos años. Los otros cuatro Parga Pondal de la UVigo que han visto sus expectativas truncadas continúan trabajando bajo algún proyecto de su grupo de investigación. La fórmula en estos casos suele ser un contrato por obra y servicios, que duran meses. Él no ha podido ni optar a eso. Con 41 años, y una hija de corta edad, está en el paro y tiene casi nulas posibilidades de continuar su labor en la empresa.

"Se soubese que isto ía ser así, podería ter tomado a opción dou- tro camiño profesional. Con 36 anos non é o mesmo que con 41", lamenta Javier, que regresó a Galicia tras tres años en la Universidad Internacional de Florida.

Daniel Mosquera también ha engrosado la lista de padres científicos en el paro. Además de truncar sus expectativas personales, prescindiendo de él la UDC se ha deshecho de la única persona en España que sabe manejar el espectómetro de masas de gases nobles que le costó un millón de euros. "Me he dedicado a poner en marcha esta infraestructura, hasta contraté obras. Tuve que sacrificar mi producción científica, he perdido competitividad internacional por asumir este esfuerzo, y la única recompensa posible no llega".

Otros tres investigadores de la UDC se encuentran en una situación similar.

fuente: http://www.elcorreogallego.es/tema-del-dia/ecg/cientificos-alto-nivel-quedan-paro-contratos-obra/idEdicion-2009-11-05/idNoticia-484098/

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