domingo, 15 de febrero de 2015

Anfetaminas

El Tribunal de Justicia de la UE ha dictaminado (el 14 de Enero) que el BCE puede inyectar anfetas en las venas de los países miembros del euro. Rebobinemos.
Tras el Septiembre negro del 2007: fin del sueño subprime, y el otro septiembre negro del 2008: despertador Lehman, se pasó al rescate de los bancos y al estímulo: indefinidos: USA, planes E el 2009 y mediados del 2010: Europa. Luego vinieron los rescates de países, los recortes de gasto público, los MiBs, las reestructuraciones bancarias, las quitas, … USA lo estaba haciendo muy bien y Europa muy mal. China iba a su aire, Japón se fue por el lado de las anfetas, y quienes dependían de las commodities, pues ya ven.
Pienso que quienes tienen que poner en marcha el nuevo modelo ya cuentan con suficientes datos para dibujarlo, y pienso que en ello están, y en un par de años puede estar listo, pero para eso necesitan tranquilidad, y paz en las calles. Y más aún en Los Mercados. Y ahí se encuadran esas compran masivas de deuda que han autorizado a hacer al BCE.
Esa pasta inyectada vía la compra masiva de deuda puede que equivalga a un café triple mezclado con Coca-Cola y enfriado con cubitos de Red Bull, pero, pienso, no va a resolver ningún problema de fondo, como estos:
- A cada día que pasa se necesita menos factor trabajo para hacer lo que sea. Y no es un tema de consumo, sino de costes. Aunque se regalen montañas de dinero a las ciudadanías europeas, y aunque esas ciudadanías se lo gasten en vez de cancelar sus deudas, eso no hará que aumente la demanda de trabajo: estimulará a las empresas automatizar procesos a fin de aumentar su productividad y reduciré costes. (Otra cosa es cuanto aguantará el sistema ese regalo de pasta a la ciudadanía).
- La compra de deuda equivale a una socialización de pérdidas orillando completamente las responsabilidades que han llevado a que ese país, esa región, esa entidad, esa familia hayan llegado a una situación de impago. Ciertísimo: Grecia no pude pagar lo que debe (bueno esclavizando a su población, tal vez, y de alguna manera ya lo está) pero Grecia no ha llegado a esa situación por arte de magia: alguien prestó, alguien solicitó esos créditos, alguien dijo OK, alguien valoró, alguien permitió seguir, … Esos álguienes deberían rendir cuentas. Si no se hace, quienes han sido prudentes y no se beneficiaron de aquel sinsentido, van a pringar, y eso no debe suceder. Grecia (nadie) puede pagar todo lo que debe, y debe irse por ese camino, pero el pringue tiene que ser proporcional a la responsabilidad tenida.
- La búsqueda de la eficiencia (que va a ser una de las características del nuevo modelo) está llevando a una situación en la que quienes no son necesarios caminan hacia la exclusión –o ya se hallan excluidos–; quienes son parcialmente necesarios se están instalando en una situación de semipobreza que el progresivamente declinante modelo de protección social  no va a compensar; quienes son necesarios van a ‘estar bien’ mientras lo sean; y quienes sean hipernecesarios van a pertenecer a una élite cada vez más distante (y luego está el 0,1% que se encuentra en otra galaxia). La manifestación de este decorado es lo se llama desigualdad (por lo bajo de las rentas bajas), y por lo que decíamos en el primer punto, la compra de deuda no lo va a solucionar.
- La ciudadanía europea –las de unos países más que las de otros, es cierto– se ha acostumbrado a un estándar de vida. No me estoy refiriendo a ese sinsentido vivido unos años atrás por el que todo el mundo que quiso pudo ser ‘propietario’ de un M3, sino al bienestar que proporcionaba un empleo, un salario decente, una sanidad correcta, una educación comprometida con la calidad, unas pensiones suficientes, unas becas generales, ...; ese bienestar se ha ido y no va a volver por mucha deuda que compre el BCE, y lo malo es que álguienes están sugiriendo que sí.
- La compra masiva de deuda por parte del BCE (el alto Tribunal europeo ha dicho que eso no es financiamiento de los Estados, y yo acato, pero disiento) va a provocar –ya está provocando– la desvalorización del euro. ¿Alguien cree que las demás divisas se van a quedar impertérritas antes tal depreciación?. Primero fue USA, luego Japón, ahora Europa: de lo peor que podría suceder ahora es una guerra de divisas: algo así se sabe cómo empieza, pero no se tiene ni la más remota idea de cómo termina.
La compra masiva de deuda, pienso, no resuelve nada de eso, lo malo es que se está sugiriendo que es la solución a todo, luego también a lo apuntado; y eso como que no.
Y en qué va a acabar el euro lo estamos viendo mirando al franco suizo.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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