viernes, 28 de noviembre de 2014

“Una sacudida del mercado no vendrá por una hipotética tercera recesión, porque ya no es sorpresa…

L.D.N. es uno de los mejores observadores de la realidad bursátil global. Desde la nómina de una importante gestora de fondos otea el horizonte en busca de oportunidades. Comí con él hace unos días. "Joder qué difícil está resultando este 2014 ¿Sabes por qué? Porque todo el mundo lo daba por fácil, todo el mundo elucubraba, especulaba con lo que iba a ganar, porque los tipos de interés cero situaban a la Bolsa (así se dijo) en el radar de operaciones. Hay en este 2014, del que apenas quedan unas cuantas sesiones hábiles, un punto de encuentro con años anteriores, principalmente los que trataron de cerrar las heridas mortales del Crash de 2009. Un punto de encuentro o desencuentro, según se mire. Se trata del deterioro de las expectativas económicas después del verano, que es lo que ha sucedido este año y es lo que sucedió en años anteriores, dando al traste con los movimientos alcistas en las Bolsas. Octubre ha sido un mes de perros y noviembre tampoco está siendo un jardín de rosas, porque hay miedo a una tercera recesión. Pero una sacudida violenta del mercado, si es que la hubiera, no vendrá por la confirmación de una tercera recesión..."
"Primero, porque las sacudidas en Bolsa llegan con premeditación, nocturnidad y alevosía. Nos coge a todos en pelotas. La hipotética tercera recesión económica ya está descontada, ya no es sorpresa. Segundo, porque no está demostrado que vaya a producirse esa tercera recesión y, tercero, porque los mecanismos actuales con que cuentan los bancos centrales no son los mismos que los que tenían hace unos años..."
"En nuestra gestora, es más, apostamos por que lo peor ya ha pasado y por crecimientos económicos de la zona euro de manera progresiva, aunque timoratos. Pero serán crecimientos y generadores de empleo. La tarjeta de Navidad va a ser una prueba importante para la zona euro. Tendremos que estar muy atentos al comportamiento de los consumidores..."
"Apostamos por mejores comportamientos del mercado que los que ha manifestado este año, porque consideramos que las medidas de alivio del BCE serán generosas y satisfarán las necesidades y deseos del mercado..."
"Estamos convencidos, así, de que sólo un Cisne Negro tumbará los mercados. Pero es imprevisible. Nadie lo sabe. Lo peor ya está descontado. El futuro ¿quién lo sabe?..."

Durante gran parte de los últimos cinco años, algunos analistas se han sentido un poco como un disco rayado recomendando prepararse para lo que podría ser la "mayor burbuja del mercado de valores en la historia." La mayoría señalan los sectores tecnológicos y la "Revolución App" específicamente. Pero el Nasdaq parece imparable camino a los máximos históricos.
Estamos cambiando la forma en que interactuamos con Internet a medida que avanzamos desde la informática basada en el navegador y el pc a la informática basada en las apps y la pantalla táctil.
Aunque no se espera un shock como el visto en 2008, en el apogeo de la crisis financiera, hay que ser conscientes de los riesgos y la posibilidad de una dura corrección en los mercados de acciones. Pero ¿qué podría motivar la próxima crisis y cuándo? Los potenciales catalizadores a corto plazo para una nueva caída de la bolsa son (vía Cody Willard, Marketwatch):
1. Una caída en el petróleo a 50 dólares o menos. Una caída de otros 20 dólares causaría un tremendo impacto en todo el sector energético y se propagaría rápidamente al sector financiero apalancado a precios más altos.
2. Una subida del oro a 2.000 dólares la onza. Un repunte en los precios del oro podría causar un gran impacto en el Tesoro, la Fed y bancos demasiado grandes para quebrar que ha apostado a que el oro no subirá en el corto plazo. Al sector financiero se le obligó a cubrir los derivados y cumplir con el papel prometido demandando oro físico.
3. Una subida importante en los precios de los alimentos y la inflación. La inflación en los alimentos debe vigilarse cada vez más, sobre todo porque los gurús de los mercados están tan despreocupados por ella como lo estuvieron con los precios de la vivienda antes de que estallara la burbuja inmobiliaria en 2008.
4. Guerra de divisas. Parece que los gobiernos de todo el mundo desarrollado han decidido que lo último que quieren es una moneda valiosa. Para aquellos de nosotros que trabajan para ganarse la vida y se les paga en euros, preferimos que esos euros sean tan valiosos como sea posible. Pero las grandes corporaciones que dependen de las exportaciones y los grandes bancos que llegan a pedir prestado dinero de los contribuyentes al 0% y apuestan en los mercados, ganan más dinero cuando la moneda pierde valor. Con los gobiernos de todo el mundo siendo financiados por las grandes corporaciones y los bancos, se puede esperar una guerra de divisas en todo el mundo. El dólar podría avanzar frente al euro, el yen y el yuan, pero eso no significa que esas guerras de divisas no estén minando la prosperidad y el ahorro real de los estadounidenses. Y las guerras de divisas crean dislocaciones y ciclos insostenibles que catalizan crash en los mercados y en las economías.
En 2007 y principios de 2008, Willard advirtió a todo el mundo acerca de la crisis inmobiliaria que acabaría con grandes bancos y muchos multimillonarios. "No veo la misma dinámica de crash en este momento. De hecho, sigo apostando por precios más altos en las acciones en este momento. Pero no soy complaciente, y tú tampoco deberías", señala.

Fuentes: Cody Willard, Marketwatch
twitter.com/moisesssromero @MoisesssRomero
Moisés Romero

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