miércoles, 15 de mayo de 2013

Conversación


Tengo una muy buena amiga que trabaja en un departamento de una entidad financiera en una ciudad española. Hace unos días le remití el link de una noticia que abordaba problemas del sector. Me respondió con un comentario sobre la noticia, acabando su mail con:
“El tema de (los bancos) debe ser mucho más jodido de lo que lo pintan. Aquí los jefes están muy callados... ¡y cuando esto pasa es muy malo!”.
Mi amiga lleva tiempo buscando otros destinos en otras latitudes, pero no encuentra nada potable. En mi respuesta le hice un par de reflexiones y acabé:
“Vale, (nombre de mi amiga), pero sigue buscando. La senda de caída a la que estamos llegando es tremenda”.
Ella respondió con un lacónico:
“SI ME ECHAN CREO QUE VOY A BUSCAR ALGO POR MI CUENTA... PORQUE TODO ESTA FATAL”.
Le dije que si pensaba que lo mejor era cambiar, que intentara hacerlo lo antes posible. Me respondió:
“Ya, ya ... está todo tan parado y mal.... He mirado en empresas y te ofrecen 1.000 euros de sol, a sol”.
Tras leer su respuesta me quedé helado porque esa persona es una auténtica profesional en su campo.
“Con tu experiencia. ¡Alucinante!. Te recuerdo que el salario mínimo está en 645 euros. Eso produce auténtica tristeza, (nombre de mi amiga), porque eres buena; si fueras una petarda, pues vale, pero eres buena”.
Su respuesta fue demoledora:
“El otro día mi madre me presentó una chica de unos 35 años que habla 3 idiomas, super culta e inteligente y con carrera y master que está trabajando en (nombre de una cadena de comida rápida)”
Y añadió en otro mail:
“Pues ahora he consolidado categoría y en teoría cobro 42.000 más 10.000 en bonus. Antes cobraba 32.000 más bonus ... Yo tuve muchas ofertas y no me fui porque me encantaba el trabajo y ahora ni trabajo ni sueldo...”
Le contesté con una reflexión del estado en que ahora se hallaban / podían hallarse las entidades que en su día le realizaron ofertas, y le adjunté un link:http://economia.elpais.com/economia/2013/04/10/actualidad/1365621933_979229.html. Me respondió:
“Pues la pifié mucho al no irme ... Pero los trabajos ofrecidos eran más aburridos que el mío aunque los sueldos mejores (en ese momento prefería trabajo guay a sueldo). Fueron ofertas de (nombre de cuatro entidades financieras)”.
Bien. En esto estamos y hasta aquí hemos llegado. Una persona joven, especialista en unos temas financieros concretos, atrapada en una dinámica en la que la oferta de trabajo es muy superior a la demanda, y en una situación en la que difícilmente va a poder repetir las condiciones que ahora tiene, unas condiciones que, difícilmente, volverá a encontrar. Y no, entre sus opciones no figura la de ir jugar al golf con Mr. Warren Buffet.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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