martes, 13 de noviembre de 2012

¡Ustedes son Formidables!

Los más antiguos recordarán el programa; quienes no, sí, posiblemente, el fallecimiento, hace poco más de dos años, de Alberto Oliveras, su diseñador y conductor. El espacio nació en 1960, en la SER.
Ese programa hoy hubiera sido calificado de ‘solidario’. Buscaba aportaciones para ‘buenas obras’, para situaciones dramáticas que no podían ser cubiertas por un modelo de protección social que en España entonces estaba en pelotas, ni por un Estado que acababa de poner en marcha un plan de estabilización para sanear los efectos de más de diez años de autarquía franquista.
‘¡Ustedes son Formidables! apelaba a las conciencias individuales ya que la colectiva se hallaba castrada, y lo hacía llamando a la puerta de los bolsillos de cada cual según sus posibilidades, pero esperando siempre la llamada del potentado especial, del magnate. Hoy he recordado aquel programa, al leer sobre esa madre y esa hija fallecidas en Astorga en la más completa soledad y el más profundo desamparo, la una ¿’por edad’? la otra por falta de atención. Y he seguido acordándome al leer que las regiones van a aplicar nuevos recortes / incrementos de impuestos sobre los ya aplicados que, a su vez, recortaron lo ya disminuido y congelado.
¿Por qué he recordado ese programa?, pues porque pienso que nos hallamos muy cerca de que una emisora de radio (o un canal de TV, o una web, aunque no veo la TV en el papel) reedite ‘¡Ustedes son Formidables!’.
Tendría toda la lógica del mundo, toda. El Estado, acogotado por una deuda pública cuyos intereses se van a llevar el año que viene el 25% del presupuesto de gastos, ¡y subiendo!, cada vez van a poder atender menos necesidades urgentes y perentorias de los crecientes necesitados que van a ir quedando desatendidas, a la vez que regiones y ayuntamientos van viendo como sus ingresos se reducen a la vez que sus deudas propias ahí continúan. Pero es que hay más.
El ‘¡Ustedes son Formidables!’ original fue puesto en marcha en un momento social y económico durísimo, pero con las expectativas por las nubes: casi nadie tenía de nada y todo estaba por hacer, al revés de ahora, cuando la tendencia es ir a menos, menos, menos, viniendo de un momento esplendoroso en el que constantemente se decía ‘España va bien’.
Claro, que es posible que aunque alguna emisora de radio o canal de TV o web tuvieran la idea de reditar el programa, desde las alturas llegase la indicación de que mejor no hacerlo debido a la mala imagen internacional que las tragedias personales de la ciudadanía española transmitirían.
Y ya se sabe que, prácticamente siempre, una imagen vale más que mil palabras.
Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.

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