jueves, 25 de octubre de 2012

¿Le importa realmente al mercado quien gane la presidencia de los EE.UU.?

El próximo 6 de noviembre se celebrarán las elecciones presidenciales en EE.UU. Este es un importante foco de atención para los inversores, que han pospuesto parte de sus operaciones de compra o venta hasta después de las elecciones.
¿Pero tiene eso sentido? ¿Reacciona el mercado de forma diferente dependiendo de que partido sea el próximo presidente?
Hay un pensamiento muy afianzado en Wall Street que señala que la bolsa se comporta mejor con un presidente republicano. Lo curioso de esta idea es aunque no está sustentada por los datos históricos,  el mercado sigue defendiéndola como una máxima irrefutable.
Mark Hulbert se pregunta en el WSJ, ¿cómo reaccionarán los mercados tras las elecciones? La respuesta honesta sería que nadie lo sabe. Y añade:
Consideremos, por ejemplo, la predicción de que el mercado de valores se disparará si Romney gana – lo que se toma como verdad revelada en muchos círculos de Wall Street. Es difícil conciliar esa idea con la evolución del mercado en las últimas tres semanas, durante las cuales las posibilidades de ganar de Romney han aumentado apreciablemente.
El 29 de septiembre, por ejemplo, Intrade mostraba que la probabilidad de ganar de Obama era del  78,9%, frente al 59,7% en la actualidad. Durante este tiempo, lejos de subir, el Dow Jones de Industriales ha caído medio punto porcentual.
Si bien esto no es un gran retroceso como para sugerir que el mercado de valores en realidad prefiere una victoria de Obama, definitivamente no es coherente con las previsiones de un rally de mercado si Romney llega a vencer.
¿Podría ser que la bolsa no haya subido ya que a pesar de que las posibilidades de Romney han mejorado notablemente, el mercado aún cree que lo más probable es que pierda?
Para evaluar esta cuestión, Mark Hulbert ha analizado las elecciones presidenciales del pasado siglo que, de una manera u otra, tuvieron un resultado sorpresa. Aquí está mi resumen de cómo el mercado bursátil reaccionó en cada caso:
• 1948, cuando el demócrata Truman derrotó al republicano Dewey. Durante la primera sesión del mercado después de la elección, el Dow cayó un 3,9%. En los tres meses anteriores a esa elección, durante los cuales se consideraba cada vez más probable que Dewey ganaría la presidencia, el Dow cayó un 2,2%.
• 1960, cuando el demócrata Kennedy venció al republicano Nixon. Aunque la victoria de Kennedy no fue tan sorpresiva como el caso de Truman, muchos lo consideraban como el más débil en esa elección. Durante la primera sesión del mercado después de la elección, el Dow subió un 0,8%. Durante los tres meses anteriores a la elección, el Dow cayó un 2,7%.
• 1988, cuando el republicano Bush venció al demócrata Dukakis. Fue una sorpresa en el sentido de que las encuestas realizadas 100 días antes de la elección situaban a Dukakis por delante -54% a 37%. Sin embargo el Dow cayó un 0,5% en ese periodo. El Dow cayó un 0,4% durante la siguiente sesión tras la elección.
• 2000, cuando el republicano Bush venció el demócrata Gore. Fue una sorpresa, ya que en la fecha de las elecciones de ese año, Intrade daba una probabilidad de victoria de Gore por encima del 50%. No fue hasta la mitad de diciembre que la Corte Suprema falló para dar la victoria a Bush. Desde el día antes de la elección hasta el fallo de la Corte el Dow perdió un 1,7%. Durante los tres meses anteriores a la elección, por el contrario, el Dow ganó un 1,0%.
La conclusión es que no hay un patrón claro que se desprenda de estos resultados, sobre todo teniendo en cuenta que estamos tratando con una muestra tan pequeña. A veces el mercado subió, y cayó en otras ocasiones. Tampoco la reacción del mercado a la victoria de uno u otro candidato va siempre en una dirección.
Realmente no es importante para la evolución del mercado de valores si el presidente es republicano o demócrata. Al menos eso es lo que nos dice la historia. Quizás sea algo más significativo para escoger los sectores que probablemente se comporten mejor. Hay cierto consenso que si finalmente Romney gana las elecciones, el sector financiero y el de educación se verán muy favorecidos. El sector sanitario sería el gran perjudicado.

lacartadelabolsa

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