lunes, 14 de mayo de 2012

GIPSI / PIIGS

Una de las moralejas que debe -‘debe’, no ‘puede’- sacarse de esta crisis es la de que al débil, adiós. Es algo que no era desconocido, ya, pero por si alguna duda quedaba, ahí está ejemplarizado -y ejemplificado- en el caso de Grecia.


A Grecia se la metió en el euro como al resto de los PIIGS (esos que ahora, por decoro, se les denomina GIPSI) por una única razón: porque eran una potencial fuente de beneficios ya que a través de ellos podía hacerse negocio llevándoles los excedentes de capital que no tenían aplicación en la Europa central y en USA.


Para ello se tan solo tuvo que hacerse una cosa: decir que gracias al euro el riesgo de todos los miembros del área euro era idéntico, evidentemente los tipos de interés bajaron, y los ansiosos consumidores-de-todo de los PIIGS se lanzaron a consumir de todo gracias al crédito que se les dio.



Para eso los capitalistas tuvieron que tragarse algunos sapos como las estadísticas que durante diez años Grecia fue remitiendo a la Comisión Europea o las caídas continuadas de productividad de España, pero, en fin: quien algo quiere, algo le cuesta.



Cuando la capacidad de endeudamiento-de-todos los actores económicos de los PIIGS se agotó comenzaron a salir a la luz los contenidos de los cajones: las mentiras horribles de los estadísticos griegos (convenientemente asesorados durante el proceso de engaño horroroso), la porquería que acumulan los bancos españoles, la insostenibilidad de la economía portuguesa a la que le es imposible crecer, la inconsistencia de aquello-que-se-llamó-el-Tigre-Celta, el caos italiano.



Los PIIGS, ni eran ya fuentes de negocio ni podían pagar lo que debían. Había que rebañar la última molécula de helado de la copa y preparar el camino para proteger a los jugadores, y llegaron los rescates, y las intervenciones, y las monitorizaciones, y las amenazas, y los precios impagables de la deuda, y las quitas; y los PIIGS se convirtieron en los 2010 en la versión 2.0 de la Latinoamérica de los 80.



Y ahoya ya da igual. Los PIIGS ya no dan más de sí. Los acreedores son conscientes de que también van a tener que hacerse más pequeños y que tienen que salvar lo que puedan porque también sobre ellos van a llover piedras. Por eso los PIIGS ya no importan, y por eso Alemania le ha dicho a Grecia lo que le ha dicho: ya no te necesito, si puedes seguir en el club con las reglas del club, vale, si no, tal día hará un año.



¿Y la gente de los PIIGS, sus ciudadanías?. Bueno, fueron los intermediarios del negocio: compraron lo que fabricaron ellas u otras ciudadanías, y ‘pagaron’ con los créditos que graciosamente les concedieron. Ahora su capacidad de endeudamiento se ha agotado, cada vez menos son necesarios para fabricar algo que pocos puede comprar, ni para consumir las importaciones que otros semejantes a ellos hicieron. Pero sí: siguen debiendo lo que compraron.



Esa es la película, y ahora, por si alguna duda había, ha quedado claro el porqué los PIIGS fueron ‘admitidos’ en el euro a pesar de que era ilógico que entrasen unos países que se encontraban a años luz de la zona del marco en un área monetaria diseñada a imagen y semejanza de esta.



¿Y ahora?, pues a seguir porque no estar sería infinitamente peor que mantenerse. Esa es la paradoja: contigo mal, sin ti peor.



En el reino, ¿quieren echar la culpa a alguien?, pues échensela a los Reyes Católicos por haber convertido a España en un exportador de materias primas, a Carlos V y a Felipe II por desperdiciar y malgastar la plata que España se llevó de América, a Inglaterra por haber puesto toda la carne en el asador a fin de que Napoleón perdiese sus guerras, y a Franco por haber detenido el crecimiento de España treinta años. Y como ninguno de ellos está aquí para defenderse, pues mejor.



El resumen del resumen del ‘dónde estamos hoy’ puede ser este estremecedor desglose: de cada 100 euros que bancos y cajas han concedido en créditos en el reino, el mundo del ladrillo y la compra de viviendas se llevó 59, y TODO EL RESTO 41. Atendiendo sólo a las cajas y refiriéndonos sólo al 2010 para el tocho furon 68 euros y 32 para todo lo demás. (El País 13.05.2012, Pág. 28). Además del Banco de España muchos políticos también hubieran tenido que explicar muchas cosas, ¿no creen?.







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Me preguntan: ¿Y el Partido Pirata alemán?. Por lo que sé tiene el enorme, absoluto y definitivo atractivo de que todo el mundo puede decir la suya encuadrándose en uno de los casi infinitos lugares con que cuenta y, allí, opinar y proponer, lo que es genial teniendo en cuenta que la mayoría del resto de partidos para lo único que les interesa la gente es que para que pongan su papeleta en la urna los días de elecciones.



Pero el Piraten Partei tiene, pienso, un problema fundamental: no resuelve Los Problemas que aquejan al planeta porque son a) postglobales, b) supertécnicos, c) reticulares, d) megacompuestos y d) transnacionales. Un grupo de personas, por numeroso que sea, y ungido son la mejor voluntad del mundo, no puede llegar hasta el nivel necesario para resolver eso: eso ha de ser resuelto por unos técnicos con visión metaglobal y licencia para actuar, licencia que tiene que ser dada por quienes hacen que el PIB sea generado: las corporaciones.



Que la filosofía del Partido Pirata es atrayente es algo obvio, pero es utópica, aunque puede ser útil: un montón de personas diciendo -o gritando- sobre muchas cosas y sin armar follón alguno ya que lo que dicen lo dicen en … Internet.





@sninobecerra



Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.





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