viernes, 23 de diciembre de 2011

La ‘Crisis del Cayenne’ o cómo España vivió por encima de sus posibilidades

A Roberto Murga, empresario de la construcción afincado en Barcelona, le encantaba su Porsche Cayenne gris platino hasta que la crisis de deuda que azota a España le obligó a deshacerse de su "precioso" SUV premium, escribe Bloomberg. El Porsche Cayenne (66.370 euros), símbolo del ascenso social en España, no es ahora más que un lastre innecesario para Murga, quien como muchos otros españoles se ha visto forzado a recortar sus gastos a causa de la débil coyuntura económica del país. Los expertos anticipan que la demanda en el sector del automóvil, que ha caído en un 50% desde 2007, no se recuperará probablemente en toda la década. "No puedo seguir derrochando más, y el mantenimiento de mi precioso Cayenne es demasiado caro", explica Murga, que llegó a ganar hasta 8.000 euros al mes antes de que pinchara la burbuja inmobiliaria en 2008. Ahora, emplea justo a la mitad de trabajadores que entonces. "No tenemos beneficios, sólo intentamos sobrevivir". El final del boom inmobiliario y de la construcción, impulsado por la especulación y los reducidos tipos de interés de la última década, es el principal responsable de una tasa de desempleo que escala ya hasta el 22,8%. La economía, que se estancó en el tercer trimestre, puede contraerse en la recta final del año. El Cayenne, el modelo de Porsche más vendido, se convirtió en un símbolo del éxito y del progreso económico y social, pero también del exceso y y del gasto imprudente, como demuestra el caso del propio Murga. Hasta tal punto que algunos expertos, como Víctor Conde, profesor de marketing en la Universidad de Nebrija, se aventuran incluso a hablar de la 'Crisis del Cayenne'. "Este coche ha sido el paradigma de cómo hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", afirma Conde. España, hundida en el fondo del pozo de Europa Pero esos días ya terminaron y puede que no vuelvan nunca más. Las ventas de Porsche Iberia han caído un 34% desde 2007, hasta las 1.900 unidades de 2010. Obviamente, no son las marcas premium las únicas que están sufriendo los efectos de la crisis en la demanda. La industria de la automoción local, fuente de creación de puestos de trabajo en una economía eminentemente de servicios, también se ha visto seriamente perjudicada. Las ventas en España cerrarán en torno a los 810.700 vehículos este año, lo que supone una caída del 51% con respecto a los datos de 2007, cuando se llegaron a distribuir más de un 1,6 millones de coches. Aquel nivel no se volverá a alcanzar, al menos, en esta década, tal y como predice Jonathon Poskitt, analista de LMC Automotive en Oxford, Reino Unido. "El problema es que no parece haber una solución rápida en el horizonte. La crisis del euro está mermando la confianza de la región, y en particular la de España, que tiene un gran problema con la tasa de desempleo". El mercado europeo, por su parte, ha caído un 13% en los últimos cuatro años. La industria responde con recortes en la producción Los fabricantes en España están reaccionando ante esta situación con recortes en la producción. Ford prescindirá de 4.000 trabajadores de su planta de Valencia, durante 39 días el próximo año. Renault hará lo propio con casi 2.300 empleados en su planta de Valladolid por un período de 29 días y suspenderá el turno de noche en su fábrica de Palencia a partir de enero. Este oscuro panorama está llevando a los productores locales, con Seat a la cabeza, a expandirse a otros mercados y a buscar nuevas soluciones. La filial de Volkswagen comenzará a vender sus modelos en China el próximo año y ya está adentrándose en otro tipo de productos, como su nuevo urbano Mii o las actualizaciones de sus 'súperventas' Ibiza y León. "Seat tiene que responder a los desafíos de una complicada coyuntura, especialmente en nuestro mercado local", declara Paul Sevin, jefe de ventas del fabricante. "Las ventas de Seat nos hace ser optimistas, definitivamente supone una mejoría con respecto a 2010. El éxito ahora no depende de un único mercado". Seat ha logrado reducir sus pérdidas desde los 218 millones de euros de 2010 hasta los 101 millones del curso vigente. La necesidad de acometer reformas Sin reformas en el mercado laboral, la industria automotriz española podría derivar hacia una deslocalización de la producción a plantas en países asiáticos, pues ante el exceso de capacidad productiva de Europa, las fábricas españolas pueden antojarse como prescindibles para los diferentes fabricantes. "Sin mayor flexibilidad, no hay futuro para esta industria", advierte Ricardo Mateo, profesor de Economía en la Universidad de Navarra. "Los costes laborales y los impuestos en España son altos, y los sindicatos son muy fuertes, mientras que la industria necesita ser más flexible y competitiva" para luchar con los centros de producción más baratos, localizados fundamentalmente en Asia.

http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/la_crisis_del_cayenne_o_como_espana_vivio_por_encima_de_sus_posibilidades

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