miércoles, 30 de noviembre de 2011

¿Y si China se uniera a la fiesta? Entonces si viviríamos el Apocalipsis 2012

Hay un dicho en bolsa que señala que los inversores no pueden centrarse en más de una crisis a la vez. Si están preocupados por la crisis en Europa, olvidan la posible crisis financiera en EE.UU., o el riesgo de contagio a los emergentes. Es probable que el dicho se ajuste parcialmente a la realidad, y la prueba es que si poco se habla sobre la evolución económica en EE.UU., menos aún sobre una brusca desaceleración en China y su frágil sistema financiero, aunque sus efectos serían enormemente relevantes. Hoy nos centraremos en este tema.

Jim Chanos, uno de los más famosos inversores bajistas del mundo, mil millonario y fundador del Hedge Fund Kynikos Associates Ltd, concedió recientemente una entrevista nada más llegar de un viaje de análisis a Hong Kong y Australia. Esta es la parte más interesante de la entrevista:

Creo que probablemente regreso un poco más pesimista de mi viaje. Estamos realmente preocupados sobre lo que vimos en Australia: Una economía claramente vinculada a China, que ha enganchado su vagón a la cola del tigre. Existe un ambiente de complacencia general. Hemos escuchado por todas partes de los inversores, de los clientes y de los potenciales clientes que “sí, sí, hay algunos excesos, pero el gobierno se dará cuenta de alguna u otra manera”. Eso de que el gobierno es el que todo lo sabe, la entidad omnisciente, no va a impedir que se pierda dinero.

El gobierno chino no tiene dinero, y ese es el problema. El sistema bancario en China es extremadamente frágil, y ese es uno de los mensajes que queríamos transmitir a la gente.

De hecho, lo que pasó en las dos últimas crisis, en 1999 y 2004, cuando la morosidad se volvió loca en China sin siquiera una recesión, fue que el sistema bancario chino no se recapitalizó como lo hizo el de EE.UU., se ocultó el problema. Al entrar en esta expansión crediticia, los bancos chinos están sentados ahora en un montón de bonos empresariales creados en 1999 y 2004, que mantienen en los libros a la par, con su valor total (si los tuvieran que contabilizar a valor de mercado, muchas de entidades tendrían que ampliar capital de forma importante). En el caso del Banco Agrícola de China, en el que estamos cortos, los activos en reestructuración son iguales a más del 100% de su valor en libros. El sistema bancario chino está construido sobre arenas movedizas, y la gente no se da cuenta. Cuando se habla sobre las reservas de divisas de 3 billones de dólares, lo que todo el mundo olvida es que hay pasivos en contra de esas reservas.

Todo el mundo parece pensar que son un talonario abierto y gratis. No lo son. Eso es lo que hemos estado tratando de decirle a la gente. Hay que centrarse en el sistema crediticio del país, porque todo lo que ocurre es a través del sistema bancario.

Sobre la economía china Chanos comenta:

Los precios y las transacciones de las propiedades inmobiliarias están comenzando a desacelerarse. Vimos que esa desaceleración se inició en agosto, y ha continuado hasta noviembre. Las ventas han bajado de un 40% a un 50% interanual. Los precios han caído. Hemos visto perturbación en algunas oficinas de ventas, cuando las personas se sorprendían de que los precios realmente pudieran bajar. Hay un montón de indicadores en este sentido. Hay una sensación creciente de que el gobierno chino relajará su política monetaria. Cabe destacar que el crédito crecerá este año entre un 30 % y el 40% del PIB chino. Si eso es tensionar, me gustaría ver que sería relajar.

Las palabras de Chanos tienen especial relevancia por lo acertado de sus previsiones en el pasado, y porque sus análisis se ven reforzados por una operativa real en el mismo sentido.

De cualquier forma, los mensajes son contradictores. Si bien es cierto que existen claros indicadores adelantados chinos que nos indican una clara ralentización de su economías (PMI manufacturero en China cayó en noviembre por debajo del nivel que indica recesión (48 por debajo de los 50 límite de un sector en crecimiento o en recesión), hay voces autorizadas que afirman que esa ralentización está controlada, y que el aterrizaje será suave: “Creemos que aunque hay problemas en China, están siendo manejados, y la magnitud de esos problemas no aumenta tanto como para provocar una gran desaceleración, como algunos han mencionado”, afirma Bert Hofman, economista jefe del Banco Mundial para el este asiático y el Pacífico.

Morgan Stanley, por su parte, se muestra muy favorable con el mercado chino, y especialmente con sus empresas de consumo. “Esperamos un aterrizaje suave en China y el crecimiento de los beneficios empresariales en este entorno será bueno, pensamos que el mercado está demasiado barato”, afirman. De hecho recomiendan a los inversores posicionarse largos en la región.

De quien tenga razón no solo va a depender la evolución de las bolsas asiáticas, sino de los mercados mundiales, y de la economía real. Si el sector financiero en China es “extremadamente frágil” como afirma Chanos, y corre el riesgo de sufrir un colapso, el efecto que la crisis de deuda en Europa ha tenido sobre los mercados de valores sería simplemente un “bache pasajero” para lo que se nos vendría encima. Esperemos que sea el Banco Mundial y Morgan Stanley los que tengan razón.

lacartadelabolsa

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