viernes, 1 de abril de 2011

Las regiones del reino – 2

Recientemente el INE ha publicado las tasas de crecimiento de las regiones españolas correspondientes al año 2010. Es importante recordar que la economía española es capaz de reducir su tasa de desempleo cuando el PIB crece a partir del 2%, es imprescindible constatar que entre las regiones españolas las hay con superávit en sus cuentas interregionales y las hay con déficit, y es necesario tener presentes los números de cada región: saldo de sus propias cuentas y el monto de sus deudas. A partir de aquí puede construirse el siguiente cuadro:

Mírenlo atentamente y mediten. Aquí vamos a resaltar algunas cosas, evidentemente la lista no es exhaustiva:

1 – El crecimiento habido en las regiones españolas en el 2010 ha sido insuficiente para reducir la particular tasa de desempleo de cada una.

2 – En el crecimiento que han experimentado las regiones españolas en el 2010 ha permanecido la influencia del saldo fiscal interregional, es decir, al recibir las regiones que tienen saldo positivo de las regiones que lo tienen negativo una parte de su PIB equivalente al saldo indicado, su crecimiento ha venido influido por tales transferencias, de tal modo que, de no existir, tal crecimiento hubiese sido menor, en algunos casos negativo, y al revés: cuanto menor hubiese sido el saldo negativo de las que lo tienen, mayor hubiese sido su propia tasa de crecimiento.

3 – Desde hace meses en ninguna instancia oficial, tampoco en la oposición, se hace comentario alguno sobre el impacto que va a tener -que ya está teniendo- la práctica desaparición de los fondos europeos que a lo largo de casi dos décadas España ha estado recibiendo, desaparición cuyo impacto algunos cálculos sitúan en el 0,9% del PIB.

4 – España precisa crecer de forma apreciable para reducir una tasa de desempleo que es elevadísima, pero España crece cuando a más población activa ocupa; a nivel regional este círculo se matiza en función de la estructura del PIB regional: a más valor añadido generado por unidad de factor trabajo ocupada en actividades más intensivas en capital, menos desempleo; a mayor dependencia del factor trabajo para crecer, más paro.

5 – La combinación déficit de las cuentas regionales y niveles de deuda es mortífera. Internamente puede compensarse con las transferencias interregionales, pero, al margen de lastrar a las economías que transfieren falsean las cuentas de las que reciben: al poder disponer de algo que no han generado muestran unos déficts y unos montos de deuda artificialmente reducidos, y viceversa; a este problema se añade la calificación negativa con que pueden ser penalizadas las regiones con más deuda, aunque sea debida a involuntarios déficits interregionales.

6 – A nivel de sus regiones España muestra unos desequilibrios enormes. Las regiones con superávit fiscal lo precisan para no empeorar su situación, pero tales transferencias no se traducen en mejoras significativas de su actividad que sean capaces de absorber población desocupada; por su parte el crecimiento de las regiones con déficit se ve perjudicado al no disponer de unos ingresos que les permitirían crecer más.

En resumen, el problema de España es de carencias profundas no resueltas y sí mitigadas a base de restar posibilidades a unas regiones y de sumar a otras sin que se traduzca en crecimiento que redunde en reducir de forma efectiva su desempleo de forma que se generen sinergias positivas para el conjunto.

Puede obligarse a que un esquema de tales características continúe existiendo, pero es obvio que jamás alcanzará su equilibrio, más aún: cuanto más tiempo pase más se pervertirá. Puede politizarse el tema lo que se quiera y hasta donde se quiera, pero esta realidad no es política, sino económica, lo que sucede es que admitir eso tiene consecuencias profundas.

Lo dicho: mediten sobre los números del cuadro y extraigan sus propias conclusiones.

Santiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. Facultad de Economía IQS. Universidad Ramon Llull.

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