lunes, 20 de julio de 2009

6 condiciones para superar la crisis


J.M.Keynes: "La dificultad no está tanto en desarrollar nuevas ideas como en escapar de las antiguas"


El fracaso de la intervención conjunta

La pregunta del millón: ¿Cuando terminará la crisis?. Sea ex-ministro, sea miembro de la Comisión Europea, sea premio Nobel de economía, ... Nadie responde claramente porque ésta no es una crisis normal de la que se sale según aquello de que "todo lo que cae termina por remontar". No bastará con encomendarse a San Ciclo. A la primera ola del Sunami financiero está a punto de suceder otra de unas proporciones aún mayores, con una energía recalentada por las insolvencias y la depreciación generadas por la crisis de la economía real, que va a arrasar buena parte de lo que queda del sistema financiero y posiblemente llevar a la bancarrota estados demasiado comprometidos con el "estado del bienestar bancario".

La crisis es sistémica y remontarla exigirá un cambio radical en las condiciones en que se desenvuelve la actividad económica.

Bajo un sustrato de crisis de sobreproducción, la crisis de consumo / liquidez / solvencia refleja una espiral depresiva imparable tras el disparo de salida de la fusión del tinglado financiero.

Los que controlan los medios de producción no producirán a menos que obtengan beneficios al hacerlo. En condiciones de quasi monopolio de facto, las grandes corporaciones responden de acuerdo con el código genético capitalista que, sin el estímulo de los beneficios, bloquea la glándula de la inversión.

Estamos asistiendo a un "lockout" global, un cierre patronal a una escala desconocida (China ya ha entrado en recesión con una huida "capitalista" en desbandada de las instalaciones fabriles). Una lógica perversa y suicida que confía en recuperar la senda de los beneficios a base traspasar a los contribuyentes buena parte de las pérdidas, "flexibilizar" ad infinitum las condiciones laborales y subirse a la próxima juerga especulativa.

1r intento fracasado de intervención conjunta:

En la conferencia del Grupo de los 20 (+España) de noviembre en Washington, los presentes afirmaron en la declaración conjunta " Nos guiaremos por la convicción común que los principios del mercado, de las economías abiertas y los mercados financieros correctamente reglamentados, favorecen el dinamismo, la innovación y el espíritu de empresa que son indispensables para el crecimiento económico, el empleo y la reducción del la pobreza"... "Gracias a tales principios han salido de la pobreza millones de personas y han permitido una elevación importante del nivel de vida mundial"(art.12).

¿La solución a la crisis?: Dejar que el sistema se "autoregule". Se habla de "moralización" del capital, de "la necesidad de ciertas regulaciones" y "reformas contables" en el ámbito de las finanzas, instrumentadas por los mismos políticos, gestores, ideólogos y beneficiarios del desastre.

Algunos cambios cosméticos y de vuelta al casino

De nuevo el maquillaje, las cremas antiarrugas y el botox. Se habrán de admitir algunas (hasta hace poco denostadas) pinceladas keynesianas, pero siempre en un entorno globalizado, y eso es todo.

Finalmente, y como solución de última instancia, están los helicópteros fiduciarios de Ben Bernanke: poner a trabajar las imprentas a destajo para camuflar la deflación y reconvertirla en una hiperinflación global suícida.

Ni una palabra sobre los paraísos fiscales. Ni una palabra sobre crisis de sobreproducción. Ni una mención de las desigualdades crecientes e insostenibles. Ninguna atención a las diferencias salariales abismales. Ninguna mención al "lockout" de los monopolios, sus manipulaciones de precios, de la enorme concentración del capital. En todos estos temas se pasa de puntillas.

Observamos un concierto de intereses (prensa, políticos, ...) en caracterizar la crisis semánticamente como "sólo" financiera y en evitar el término "sobreproducción" por que pone en evidencia la verdadera raíz de fondo de la crisis: la enorme polarización de la renta y de la riqueza mundial.

El 2º intento está previsto para el 2 de abril en Londres y por lo que parece apunta claramente a más de los mismo.

Sobreproducción - Redistribución

Ninguna crisis de sobreproducción se ha superado sin redistribución, y eso es lo que tenemos: una crisis de sobreproducción de proporciones descomunales debida al empobrecimiento de la gran mayoría de la población.

La Administración Roosevelt, a partir de 1932, promovió varios programas para mejorar la situación de los desempleados, sacó adelante una legislación para la recuperación del sector agrícola, implementó la National Industrial Recovery Act que estableció incentivos y subsidios al sector industrial, la National Labor Relations Act que establecía unas relaciones laborales más justas, la Social Security Act que proveía seguro de desempleo y aseguraba las pensiones de los mayores, ... Todo eso gracias a que no se habían malbaratado los recursos públicos en salvatajes, "nacionalizaciones" de pérdidas ni compras de obligaciones basura.

Roosevelt no puso delante del carro al sistema bancario sino la sociedad y la economía real. Sólo tras la recuperación de lo fundamental seguiría la recuperación de las finanzas.

Roosevelt hizo construir o renovar 2.500 hospitales, 45.000 escuelas, 13.000 parques, 7.800 puentes, 1,5 millones de Km de autovías, miles de aeropuertos. Contrató 50.000 maestros y reconstruyó enteramente el sistema de escolarización rural. Contrató 3.000 escritores, músicos, escultores y pintores. Empleó cerca del 60% de los parados en trabajos públicos y proyectos de conservación que plantaron mil millones de árboles, construyeron la Catedral del Conocimiento en Pitsburgo, el Capitolio de Montana, la urbanización de la orilla del lago de Chicago, el complejo del Tunel de Lincoln en Nueva York, el complejo energético del valle del Tennessee (TVA)...


El New Deal disminuyó el desempleo desde el 25% en 1933 al 10% en 1936 y representó una recuperación física, moral y política de la sociedad norteamericana y de su confianza, sentando las bases para la recuperación tras el estallido de la 2a G.M.

El sector financiero no levantó cabeza hasta los años 50. La trampa de la liquidez siguió constriñendo el crédito en tanto que los salarios podían comprar a penas la producción un sector productivo trabajando medio gas. Sólo la enorme demanda generada por el conflicto bélico fue capaz de superar, por fin, la capacidad instalada y generar la recuperación.

El sector financiero tardó pues 20 años en recuperarse del crac del 29 y lo hizo detrás de la recuperación y no delante.

La superación de una crisis de sobreproducción precisa una reactivación de la demanda por vía redistributiva (no inflacionaria) capaz de generar una demanda cualitativamente distinta de la actual.


Pero si no hay una gran movilización de base, las medidas anticrisis se seguirán decantando, como hasta ahora, en exclusivo favor de los estratos más privilegiados, socializando las pérdidas financieras, profundizando la crisis y malbaratando los escasos recursos públicos en el sumidero improductivo hiperconcentrado en que se ha convertido el capitalismo en su fase terminal.

Readaptar la producción y el sistema productivo

La actual capacidad productiva instalada está íntegramente organizada para un tipo de producción desequilibrada, irracional, para ricos derrochadores y sus estresados émulos, producción que han declarado la guerra al planeta.

La demanda estaba dominada por los productos y los servicios de lujo de una minoría cada vez más minoritaria. Porsche, Bulgari, Polo Ralph Lauren, Tifany, Hermes, Sotheby's, ... abrían nuevas sucursales a ritmo frenético en Shanghai, Dubai, y Bangalore. 1.000 hiper ricos y 10 millones de millonarios en dólares, constituían el sector más dinámico del mercado. Super-yates de más de 60 metros, super-automóviles como el Buggati Veyrons (1.25 millones de $), complejos suntuarios exclusivos y segregados, reproducciones palaciegas a la Romanof, ciudades futuristas de lujo, villas en torno a campos de golf, arquitectura exhibicionista, islas artificiales en Dubai, ... universos alternativos para formas privilegiadas de vida humana. (Evil Paradises).

El consumo de los ultra-ricos (incluido el lavado de fondos de procedencia dudosa) de ha sido un elemento clave de una burbuja inmobiliaria global de más de 31 billones de $.

En capitalismo, el crecimiento por el crecimiento implica, además, la constante, intencionada e insostenible recreación y reintroducción de multitud de productos, a menudo de calidad voluntariamente inferior (obsolescencia planificada)

Sólo la redistribución de la renta y la riqueza podrá generar un nuevo tipo de demanda, cualitativamente distinta, para un tejido productivo que se habrá de readaptar de pies a cabeza en orden a cubrir las necesidades, "racionales" y sostenibles, insatisfechas y perentorias de la gran mayoría de la población.

Así pues, cualquier andamiaje para frenar la crisis sistémica exige una cimentación sólida que no es otra que la redistribución real de la renta y la riqueza. Se trata simplemente de que los trabajadores ganen lo suficiente para poder adquirir lo que producen. Las inyecciones monetarias y las intervenciones fiscales, si no van acompañadas de redistribución, pierden casi inmediatamente su efecto estimulante en las condiciones actuales de deflación encubierta y se convierten, en cualquier caso, en combustible para una estanflación generalizada.

Una esperanza de recuperación podría venir de China si la población se levanta finalmente contra sus actuales dirigentes, redireccionando y reconvirtiendo su enorme capacidad productiva en favor de las necesidades sostenibles de las masas chinas y no de los containers de Wal-Mart. Pasar de un crecimiento del 13% a la recesión pura y dura sólo unos meses después de la mascarada olímpica, puede poner en la picota una estructura política corrupta hasta la médula, cada vez más contestada por la población.

Seis condiciones para superar la crisis

La fórmula general es bastante simple: Redistribución + Democracia = Recuperación Sostenible.

Estas condiciones sólo pueden implementarse de forma conjunta a nivel internacional. Ya no es posible una salida de la crisis país a país, hundiendo la cabeza del vecino para seguir respirando. Es el mundo el que está en crisis. Se trata de un solo y único barco, sin compartimentos estancos.

1. Es condición sine qua non para la recuperación la refundación o reconstitución de los organismos y agencias internacionales en orden a hacer efectiva a nivel planetario la carta internacional de los derechos humanos:

Artículo 23

1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.

Todo ello implica una redistribución radical de la renta y la riqueza por medio de una intervención coordinada de los Estados. Fuertes impuestos sobre los grandes patrimonios, sobre las altas rentas y sobre el lujo y el despilfarro por un lado y renta básica y seguridad social garantizada para toda la población por el otro. La Social Security Act de F.D. Roosevelt en 1935 marcó la senda a seguir para salir de la 2ª Gran Depresión.

La Unión Europea habría de avanzar hacia un sistema de seguridad social universal y protección del desempleo común como estandarte de una verdadera política social europea en un marco de armonización fiscal y no de dumping social como el que se inscribe en las recientes "constituciones europeas" neoliberales.

Hay que arrancar a la Organización Mundial de Comercio de las garras de las multinacionales para convertirla en una Organización Mundial del Comercio Justo que establezca unas condiciones de producción según el artículo 23 y prohíba de raíz la explotación y el dumping social y ecológico que nos ha conducido a la situación de sobreproducción y desastre medioambiental actual para beneficio exclusivo y criminal de unos pocos ejecutivos sin escrúpulos, enrocados en las poderosas e insonorizadas cabinas de mando de las multinacionales.

Toda zona de librecambio habría de incorporar una harmonización laboral, fiscal y medioambiental que ponga coto a la competencia irracional en salarios, derechos sociales y medioambientales, en beneficio de los miopes intereses de los monopolios multinacionales. Se tienen que establecer medidas susceptibles de penalizar las estrategias de dumping social, fiscal y ecológico. Se trata de establecer políticas fiscales, sociales y ecológicas, convergentes progresivas, en un proceso de igualación hacia arriba y no hacia abajo, como en la actualidad.

2. Hay que neutralizar los paraísos fiscales, verdaderas cuevas de Alí Babá de la riqueza improductiva, arrancada a los productores explotados del planeta y elemento clave de la Globalización suicida y la deriva criminal actual.

La transnacionalización de las finanzas ha creado espacios transnacionales que impiden el acceso regulatorio del estado democrático y constituyen el medio ideal para la operatoria de los fondos hedge y los "private equity funds" (fondos de capital riesgo) que subordina la economía real a la obtusa consecución, a toda costa, del beneficio inmediato a corto plazo.

Poco se ha escrito sobre su papel clave en la crisis. Son ellos los maestros en generar complejidad. Primero distorsionan inversiones reales redireccionándolas para conseguir la mínima imposición o regulación posible. Las complejas estructuras empresariales, artificialmente divididas (sliced and diced) entre múltiples jurisdicciones de tal forma que se pierde toda noción de donde está aparcado el riesgo, son criaturas opacas que no podían haber sido engendradas en ningún otro lugar.

Durante décadas ha sido su existencia la que ha generado un competición suicida entre jurisdicciones reguladoras e impositivas que ha llevado a la mayoría de gobiernos a recortar impuestos al capital y ofrecerle apetitosos recortes regulatorios. La laxa regulación "offshore" ha creado un contagio sistémico, envenenando las regulaciones "onshore". La podredumbre se ha ido extendiendo desde lugares como las islas Caimán hacia lugares como Luxemburgo o Irlanda. En EEUU, un estado de la unión, Delaware, ofrece las mismas "ventajas" fiscales y regulatorias que cualquier isla tropical.

Este debería ser el último paraíso fiscal del planeta

Según un informe de Justice Network (para 2005), las fortunas privadas en paraísos fiscales sumaban la cifra de 11.5 billones de $ que generarían una renta anual de 0.86 billones de $ libre de impuestos. Si estos impuestos se contabilizaran sumarían 0.255 billones de $.

Esto se ha traducido en una regresión fiscal creciente a medida que los gobiernos se ven constreñidos por un lado a recaudar impuestos indirectos, recayendo la carga fiscal casi exclusivamente sobre los no ricos, y por otro a postergar la inversión en infraestructuras y el gasto social redistributivo.

La evasión fiscal corrompe el buen funcionamiento de un sistema impositivo y distorsiona el funcionamiento de la economía puesto que castiga el comportamiento ético y premia la corrupción y la trampa, socavando el principio de solidaridad y la integridad del sistema democrático.

El avance relámpago del criminal-capitalismo en Rusia y demás países del este no hubiera sido posible sin la infraestructura financiera suministrada por los servicios especializados en evasión y lavado de dinero de los paraísos fiscales. A través de paraísos fiscales y CLEARSTREAM incluso las ayudas del FMI acabaron siendo desviadas a cuentas de mafiosos y cleptócratas.

El sistema bancario en la sombra (shadow banking system) que ha hundido el sistema financiero y monetario mundial, nunca hubiera sido posible sin los centros financieros offshore.Todas las entidades de cierta entidad tenían y tienen cientos de establecimientos offshore donde organizan sus operaciones descapitalizadas y apalancadas, al margen de las regulaciones y los impuestos "onshore", operaciones que están costando rescates escandalosos que en buena medida retornan a las cuentas que las entidades receptoras mantienen en los paraísos fiscales.

Los paraísos fiscales están en la raíz de la corrupción y el aumento de la miseria en los países pobres. La renta petrolera de Nigeria, el Congo, Guinea, etc. es sistemáticamente desviada y atraida por estos imanes desregulados especializados en proteger el fraude, el lavado de dinero y la acumulación ilegal, dejando a la población autóctona sumida en la más abyecta miseria.

Se trata de penalizar el mantenimiento de oficinas en paraísos fiscales y levantar el secreto bancario mediante acuerdos multilaterales. Hacer pública la información registrada en las cámaras de compensación interbancarias como CLEARSTREAM.

Obligar a las empresas a pagar los impuestos allí donde obtienen los beneficios sólo será posible erradicando los puntales "offshore" de sus oscuros tinglados societarios.

3. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, infames instituciones puestas al servicio de los intereses más ruines de las grandes multinacionales, habrán de reconvertirse de pies a cabeza en instituciones democráticas de salvaguardia y vigilancia de un sistema monetario internacional multipolar fiable, al servicio de la actividad económica sostenible y el desarrollo real de las zonas pobres del planeta. Agencias de control, ayuda y redistribución y no de manipulación y extorsión, como ahora, al servicio de las multinacionales, el atesoramiento y la especulación.

Una economía mundial sostenible precisa de un sistema de tipos de cambio estables y un control sistemático de los movimientos de capital especulativo.

Habría que considerar seriamente la idea de una Autoridad Financiera Mundial con la función estatutaria de controlar la actividad crediticio-financiera dentro de los márgenes del servicio y el bien común, confinando las proezas irracionales de la financiarización, de forma definitiva, a los libros de historia.

4. Una condición imprescindible para la superación de la crisis es la socialización irrenunciable de las decisiones de inversión.

El planeta sólo sobrevivirá si se convierte en un medio hostil a la concentración corporativa multinacional.

Hay que tener en cuenta que la causa del estancamiento de la inversión en la economía real desde los años 70 se debe a la hiperconcentración del capital en pocas manos. Los ciudadanos no pueden dejar exclusivamente en manos del capital la decisión de inversión. La inversión capitalista sólo ocurre si es capaz de generar una rentabilidad suficiente. En caso contrario se produce el lock out aunque medio mundo se muera de hambre.

Las grandes corporaciones multinacionales son las causantes de la crisis económica, social y ecológica del planeta y los principales responsables del avance desbocado de la 3ª Gran Depresión. En condiciones de crisis, su privilegio monopolístico les permite reducir a placer la producción para asegurar un buen nivel de ganancias manteniendo altos los precios.

Han declarado un " Lock out" (huelga patronal) al planeta como castigo a la poca rentabilidad que obtienen de sus inversiones y lo van a mantener sine die, puesto que la rentabilidad por unidad monetaria invertida decrece a medida que el proceso de producción se hace más y más capital-intensivo.

Es imprescindible una vuelta a la "localización" del tejido productivo. Han sido las economías de escala "financieras", avaladas por el dumping social y medioambiental, las que han vaciado el tejido industrial de los países. Es preciso un proceso de relocalización del tejido productivo a una escala avalada por el respeto a los derechos sociales y mediomabientales.

La globalización actual es un medio ideal y propicio para la vida, la reproducción y la hipertrofia predatoria e irresponsable de las grandes corporaciones multinacionales.

Hace falta una coordinación legislativa anti-monopolio a nivel internacional que ponga coto a la concentración capitalista y a la predación suicida de las multinacionales. F.D. Roosevelt ya escribió sobre el tema en "1889".

A partir de cierto tamaño las grandes corporaciones multinacionales no obedecen más que a su propia lógica corporativa. Ni sus propios directivos pueden oponerse a esta lógica irracional y depredadora. J. Van der Veer, director ejecutivo y cabeza absoluta de Shell, es un holandés amable, educado y sensible y Holanda es un país socialmente avanzado y preocupado por el medio ambiente y un cambio climático que podría sumergirlo bajo las aguas del Atlántico, pero ello no obsta para que la compañía anglo-holandesa actúe como una apisonadora implacable con un código genético programado para destruir la biodiversidad, los derechos humanos y la sostenibilidad medioambiental del planeta allá por donde pisa.

Las multinacionales ya no precisan de un "anclaje" nacional como en los años 30 o 40. Pueden ejercer su actividad de lobbying sobre cualquier parlamento o agencia gubernamental del mundo, corrompiendo hasta la médula los mecanismos democráticos. Los paraísos fiscales les permiten evitar los impuestos, vengan de donde vengan. Al no depender de un estado nación, se pierde interés en fortalecerlo y en la práctica, ni siquiera se vacila en debilitarlo, desindustrializarlo, arruinar sus infraestructuras, sus servicios públicos, etc. Todo pasa a ser pasto de la codicia sin límites de las multinacionales.

Hay que proceder contra los monopolios y las grandes concentraciones de capital para evitar sus abusos en todos los ámbitos. Han transfigurado cualquier estructura democrática en agencia de sus mezquinos intereses. Mediante el lobbying han convertido la Unión Europea, el Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional, y los gobiernos e instituciones de muchos países ... en ridículos títeres a su servicio.Funcionan al margen de la sociedad y de las naciones y carecen de toda otra preocupación que no sea la mezquina obtención de beneficios fraudulentos a corto plazo, externalizando buena parte de los costes. Funcionan en una dimensión a-democrática y a-social, eludiendo cualquier responsabilidad por sus incontables desmanes. En tiempos de crisis destruyen sin misericordia todo el empleo que les de la gana para agazaparse en sus campamentos de invierno - paraísos fiscales - a la espera de apetecibles oportunidades para aumentar aún más la concentración corporativa.


Son los responsables de la deslocalización, la depredación irracional de los recursos naturales, la polarización irracional del tejido industrial y comercial hacia los "paraísos" de la explotación, "zonas especiales" de la depredación humana. Wal-Mart, la mayor empresa del mundo, es responsable (junto a sus émulos: Kmart Corporation, Costco, Carrefour, Eroski, ... ) de la desertización del tejido industrial y comercial de estados y países enteros.

Además, como estamos comprobando, día si, día también, su enorme tamaño les otorga el "derecho" al chantaje y el rescate público (en la línea descrita por Naomi -Klein). Bajo la amenaza del "crunch financiero", la deslocalización, las consecuencias de una quiebra, ... se apoderan de los recursos públicos para mantener sus beneficios y preparar sus cofres de guerra para presentes y futuras fusiones y adquisiciones. Con fondos públicos J.P. Morgan Chase adquirió Washington Mutual y Bear Stearns, Bank of America absorbió Countrywide y Merrill Lynch mientras que Wells Fargo adquirió Wachovia y con fondos públicos podrían fusionarse los grandes del automóvil de Detroit.

Es preciso entrar de inmediato en una dinámica empresarial de servicio a la comunidad. La "mano invisible" que bendice la codicia y la insolidaridad se ha demostrado que nos lleva ciegamente al precipicio. Hay que recuperar el espíritu de las cooperativas, el carácter solidario de los fundadores de las cajas de ahorros, la participación de los trabajadores en el capital y el control de las empresas, la socialización de los monopolios ... para situar la esfera de la producción en un marco de sostenibilidad, solidaridad y control democrático.

5. Hay que erradicar la lógica de la financiarización. Hay que cerrar el casino.

Hasta los años 70 los mercados financieros tenían un papel subordinado e instrumental respecto a la economía real. Esto se ha invertido y se entró en una fase terminal del capitalismo cualitativamente distinta, un nuevo y monstruoso modelo de acumulación irracional y suicida, dirigido y dominado por el sector financiero y que ha acabado estallando por los aires.

Hay que proceder a una limpieza a fondo de toda la basura financiera para que la finanza vuelva prestar servicio útil a la economía. La lógica de la financiarización acaba poniendo a la economía real al servicio de las finanzas de forma que la producción se convierte en mero punto de apoyo de toda una estructura financiera piramidal que saca sus beneficios de la pura trampa especulativa. Eran los bancos de negocios de Wall Street los que estimularon la irracional burbuja inmobiliaria y la generación de hipotecas y préstamos sub prime como base para sus tinglados apalancados.

Ante la magnitud de los desmanes cometidos es imprescindible el control público de una buena parte del sistema financiero para que funcione como un instrumento de apoyo a la inversión y a los planes de creación, remodelación y mantenimiento de insfraestructuras claves para la sostenibilidad económica.

El sistema financiero es ante todo un bien público como lo es la red de carreteras. Se trata de establecer un control democrático sobre las finanzas que permita dirigir los fondos hacia donde son más necesarios.

En el caso de la banca, al igual que en el caso de los monopolios, es fundamental la desconcentración del negocio. Es preciso someter a los "too big to fail" a un régimen de adelgazamiento drástico que coarte la irresponsabilidad del que se cree imprescindible.

Se ha de crear un medio hostil a las maniobras especulativas que acabe con las manipulaciones de los tipos de cambio, imponiendo fuertes gravámenes a los movimientos especulativos a corto plazo. Los fondos hedge y similares no tienen ninguna función útil a las economías nacionales o a la economía mundial. Se trata de pura maquinaria diseñada por y para la especulación y habría que erradicarlos y prohibirlos.

6. Hay que proceder a una recuperación social de los comunales y bienes públicos.

El capitalismo ha avanzado desde sus inicios a base de la apropiación de los comunales. Desde el proceso de"enclosures" del campo británico el capital ha ido absorbiendo uno tras otro, en sucesivas oleadas, buena parte de los bienes públicos comunales. Bosques, montañas, selvas, vías de comunicación, monopolios públicos, abastecimiento de agua potable, de energía, comunicaciones, ... constituyen el sueño dorado del capitalismo más voraz. Los municipios, comunidades e instituciones públicas han de recuperar la propiedad y el control democrático de unos bienes cuyo traspaso a manos privadas no ha hecho más que traducirse en precios abusivos de monopolio, obsolescencia de infraestructuras y desabastecimiento generalizado.

Los fondos de la seguridad social constituyen un bien público por excelencia que nunca debiera haber caído en manos de la finanza privada para convertirse en munición especulativa de destrucción masiva.

Los recursos del subsuelo son bienes públicos cuya explotación requiere una gestión democrática tanto por su carácter escaso como por su implicación ecológica. Hay que arrebatar de las manos de las petroleras el destino biológico del planeta.

El escapismo inflacionario

El famoso e impreciso "Yes, We can" electoral de Obama ya ha empezado a tomar cuerpo: Los contribuyentes presentes y futuros cargarán con la mayoría de las pérdidas privadas. La recuperación de la demanda no vendrá de una redistribución de la renta y la riqueza sino del crédito. Esta vez no se va a endeudar el sector privado sino el sector público y a unos niveles estratosféricos.

Si los planes del equipo de Obama son aprobados, el déficit fiscal norteamericano para el 2009 podría superar los 3 billones de $, que se añadirían a la enorme deuda acumulada (5 billones entre el sector público y el privado).

Los países con superávit con EEUU (China, Japón, países árabes, ...) podrían financiar hasta 0,5 billones (lo cual cada vez resulta más dudoso, dadas las malas perspectivas que muestra la economía norteamericana y su moneda como moneda de reserva). Por tanto, Obama se verá obligado a monetizar su deuda a la Mugabe y seguramente cargarse el sistema monetario internacional basado en el dólar.

Tampoco parece que esto a acabe funcionando. En las condiciones actuales de globalización desigual, los planes, de "interés nacional", de estímulo fiscal a la producción y a la demanda autóctona entran en contradicción con los "intereses de las multinacionales", para las cuales deslocalización es sinónimo de beneficios.

Sin redistribución: Hiper Depresión

Si no se procede pronto y sin dilación en la dirección redistributiva, según las 6 condiciones señaladas, llegado el momento, la bancarrota norteamericana se hará realidad con el resultado de la huída masiva hacia cualquier otro depósito de valor distinto del color verde. Entonces habremos entrado de lleno en el peor de los escenarios "imposibles", la Hiper Depresión, tan imposible e inimaginable como todo lo que ha venido ocurriendo estos últimos meses.

(El ejército norteamericano se está preparando para la eventualidad.)

Una perspectiva similar: Peter Wahl (WEED)


Sobre la declaración del G-20: Robert Weissman

Propuestas de ATTAC: "Cerremos el casino financiero"

Walden Bello: Sobre una salida keyensiana a la crisis, los límites de la Social Democracia Global

Propuestas en Red pepper

William Greider, Frances Fox Piven, Doug Henwood, Arun Gupta y Naomi Klein: After de meltdown


link articulo: http://crisiscapitalista.blogspot.com/2009/01/6-condiciones-para-superar-la-crisis.html

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